En la sesión anterior hablamos de seis formas para mantenernos inspirados; hoy sumaremos otras seis nuevas. No te preocupes, no nos tomará mucho tiempo explicarlo. Recordemos las primeras: tener claridad mental aumenta nuestra motivación; dividir tareas grandes en pequeñas elimina excusas; decidir por dónde comenzar un proyecto es crucial; establecer puntos de control para medir progreso es necesario y entender la diferencia entre "no puedo" y "no quiero" puede ser revelador.
Todo lo que hacemos debe ser para el señor ya que trae recompensa y motiva aún más nuestras acciones. Pero recordemos también que muchas figuras públicas tenían trabajos comunes antes de alcanzar su éxito actual.
Para mantenerte animado durante tiempos difíciles recuerda siempre estas estrategias. Por ejemplo, hoy tuve problemas con mi coche pero logré superarlo manteniendo una actitud positiva.
Es esencial recordar los beneficios de completar nuestras tareas, no solo por el cheque a fin de mes sino por la satisfacción personal. Esto nos mantiene motivados. La lección número siete se relaciona con la tres: decide cómo empezar y luego comienza, aunque sea pequeño.
Mi experiencia en mis estudios fue un gran ejemplo de esto; tenía que hacer una tesis complicada y pensaba constantemente en lo difícil que sería durante dos años. Pero alguien me aconsejó olvidarme del tiempo total e iniciar hoy mismo, incluso si era solo cinco minutos al día. Así lo hice y poco a poco formé un hábito.
El punto clave es ser optimista mientras iniciamos algo nuevo sin pensar en las dificultades o limitaciones iniciales como el idioma o falta de preparación académica. Tener una actitud positiva cambia nuestra perspectiva y nos da energía para seguir adelante.
Para mantener este optimismo recomiendo tener versículos bíblicos u otras frases inspiradoras a mano para momentos difíciles. Por ejemplo, el Salmo 23 siempre me recuerda que Dios es nuestro pastor y nada nos faltará.
Finalmente, prepara tu lugar de trabajo para poder concentrarte mejor eliminando todas las distracciones posibles como notificaciones del teléfono.
La falta de concentración nos resta 15 minutos de productividad. El uso constante del celular, especialmente con notificaciones activas en aplicaciones como Whatsapp, interrumpe nuestro flujo de trabajo y nos distrae. Antes, los celulares se usaban solo para emergencias y ahora son una fuente continua de distracciones.
Muchas empresas están implementando reglas para limitar el uso del móvil en horas laborales debido a su impacto negativo en la productividad. Si quieres aumentar tu motivación y rendimiento, reduce las distracciones tecnológicas.
Es importante identificar los lugares que propician la dispersión mental. Por ejemplo, yo evito estudiar en mi oficina porque tiendo a perderme en tareas creativas cuando debería estar estudiando. En cambio, me siento en un lugar sin tecnología donde sólo tengo libros físicos.
Cuando necesito trabajar o estudiar intensivamente, utilizo auriculares y música relajante para mantenerme enfocado e ignorar otras notificaciones o interrupciones potenciales. No es momento para leer emails o responder mensajes; es tiempo dedicado exclusivamente a crear.
Las distracciones pueden provenir de cualquier parte: familiares, trabajo u otros lugares. Es crucial aprender a manejarlas adecuadamente para no perder el foco.
Durante mi preparación final del proyecto universitario descubrí que necesitaba un nivel máximo de concentración que no conseguía en casa así que opté por mudarme temporalmente a una pequeña oficina bibliotecaria donde podía trabajar sin interrupciones.
Por último, recuerda que también podemos encontrar motivación externa al recibir apoyo o reconocimiento por nuestras habilidades.
Si lograste algo bien y te motivó, usa esa emoción para mejorar aún más tu proyecto. Por ejemplo, si eres un profesor que está impactando positivamente a sus alumnos, utiliza ese estímulo para seguir mejorando tus clases.
Identifica las horas del día en las que eres más productivo. Algunas personas son más eficientes por la mañana, otras por la noche. Descubre cuándo tienes picos de energía y creatividad.
Generalmente, estos periodos no duran mucho; suelen ser de dos horas máximo. Así que identifica esos momentos de alta energía y utilízalos sabiamente.
Mucha gente tiene listas interminables de tareas pendientes pero sin prioridades definidas. Decide lo esencial: qué tres cosas debes hacer hoy sí o sí? Si logras estas tres tareas clave, considera tu día exitoso.
Finalmente, combina estos dos puntos: durante tus horas pico de rendimiento realiza solo las tareas prioritarias. Evita perder este valioso tiempo en distracciones como redes sociales.
El correo electrónico puede robarle tiempo valioso a tu día. Personalmente, respondo los emails cuando mi energía es baja. Cuando estoy enérgico, me enfoco en tareas importantes como escribir un libro. Así que organiza tus prioridades para maximizar tu productividad.
Recuerda: al cambiar nuestra mentalidad y permitirnos transformar, podemos usar todos nuestros talentos dados. Ha sido un placer estar aquí con ustedes nuevamente y esperamos verlos la próxima semana.
El correo electrónico puede distraernos de lo mejor del día. Personalmente, contesto los emails cuando mi energía disminuye. Mientras tanto, me enfoco en tareas prioritarias como escribir un libro. Así que organiza tus prioridades según tu nivel de productividad.
Estas son dos estrategias para mantener la motivación. Recuerda: al cambiar nuestra perspectiva y permitirnos transformar, podemos usar todos nuestros talentos dados por Dios.
Mantén una actitud positiva: Recuerda siempre mantener un enfoque optimista, incluso cuando enfrentes desafíos o dificultades.
Comienza con pequeños pasos: Si tienes un proyecto grande o complicado, comienza por partes pequeñas para evitar sentirte abrumado.
Crea un espacio de trabajo libre de distracciones: Elimina todas las posibles interrupciones como notificaciones del teléfono para poder concentrarte mejor en tus tareas.
Usa frases inspiradoras para mantenerte motivado: Tener versículos bíblicos u otras citas a la mano puede ayudarte a mantener el ánimo durante tiempos difíciles.
Limita el uso del móvil durante horas laborales: Las constantes notificaciones pueden ser una fuente continua de distracción y afectar tu productividad negativamente.
Identifica los momentos del día donde eres más productivo y utiliza ese tiempo sabiamente: Realiza las tareas prioritarias durante estos picos de energía y creatividad.
Define tus prioridades diarias claramente: En lugar de tener una lista interminable de tareas pendientes, decide cuáles son las tres cosas que debes hacer sí o sí cada día.
Utiliza auriculares y música relajante para ignorar interrupciones potenciales cuando necesites trabajar intensivamente.
Busca reconocimiento externo para aumentar tu motivación: Si lograste algo bien y te felicitan por ello, usa esa emoción positiva como estímulo adicional.
Recuerda siempre los beneficios personales que obtienes al completar tus tareas no solo financieros sino también emocionales como la satisfacción personal.
En la sesión anterior hablamos de seis formas para mantenernos inspirados; hoy sumaremos otras seis nuevas. No te preocupes, no nos tomará mucho tiempo explicarlo. Recordemos las primeras: tener claridad mental aumenta nuestra motivación; dividir tareas grandes en pequeñas elimina excusas; decidir por dónde comenzar un proyecto es crucial; establecer puntos de control para medir progreso es necesario y entender la diferencia entre "no puedo" y "no quiero" puede ser revelador.
Todo lo que hacemos debe ser para el señor ya que trae recompensa y motiva aún más nuestras acciones. Pero recordemos también que muchas figuras públicas tenían trabajos comunes antes de alcanzar su éxito actual.
Para mantenerte animado durante tiempos difíciles recuerda siempre estas estrategias. Por ejemplo, hoy tuve problemas con mi coche pero logré superarlo manteniendo una actitud positiva.
Es esencial recordar los beneficios de completar nuestras tareas, no solo por el cheque a fin de mes sino por la satisfacción personal. Esto nos mantiene motivados. La lección número siete se relaciona con la tres: decide cómo empezar y luego comienza, aunque sea pequeño.
Mi experiencia en mis estudios fue un gran ejemplo de esto; tenía que hacer una tesis complicada y pensaba constantemente en lo difícil que sería durante dos años. Pero alguien me aconsejó olvidarme del tiempo total e iniciar hoy mismo, incluso si era solo cinco minutos al día. Así lo hice y poco a poco formé un hábito.
El punto clave es ser optimista mientras iniciamos algo nuevo sin pensar en las dificultades o limitaciones iniciales como el idioma o falta de preparación académica. Tener una actitud positiva cambia nuestra perspectiva y nos da energía para seguir adelante.
Para mantener este optimismo recomiendo tener versículos bíblicos u otras frases inspiradoras a mano para momentos difíciles. Por ejemplo, el Salmo 23 siempre me recuerda que Dios es nuestro pastor y nada nos faltará.
Finalmente, prepara tu lugar de trabajo para poder concentrarte mejor eliminando todas las distracciones posibles como notificaciones del teléfono.
La falta de concentración nos resta 15 minutos de productividad. El uso constante del celular, especialmente con notificaciones activas en aplicaciones como Whatsapp, interrumpe nuestro flujo de trabajo y nos distrae. Antes, los celulares se usaban solo para emergencias y ahora son una fuente continua de distracciones.
Muchas empresas están implementando reglas para limitar el uso del móvil en horas laborales debido a su impacto negativo en la productividad. Si quieres aumentar tu motivación y rendimiento, reduce las distracciones tecnológicas.
Es importante identificar los lugares que propician la dispersión mental. Por ejemplo, yo evito estudiar en mi oficina porque tiendo a perderme en tareas creativas cuando debería estar estudiando. En cambio, me siento en un lugar sin tecnología donde sólo tengo libros físicos.
Cuando necesito trabajar o estudiar intensivamente, utilizo auriculares y música relajante para mantenerme enfocado e ignorar otras notificaciones o interrupciones potenciales. No es momento para leer emails o responder mensajes; es tiempo dedicado exclusivamente a crear.
Las distracciones pueden provenir de cualquier parte: familiares, trabajo u otros lugares. Es crucial aprender a manejarlas adecuadamente para no perder el foco.
Durante mi preparación final del proyecto universitario descubrí que necesitaba un nivel máximo de concentración que no conseguía en casa así que opté por mudarme temporalmente a una pequeña oficina bibliotecaria donde podía trabajar sin interrupciones.
Por último, recuerda que también podemos encontrar motivación externa al recibir apoyo o reconocimiento por nuestras habilidades.
Si lograste algo bien y te motivó, usa esa emoción para mejorar aún más tu proyecto. Por ejemplo, si eres un profesor que está impactando positivamente a sus alumnos, utiliza ese estímulo para seguir mejorando tus clases.
Identifica las horas del día en las que eres más productivo. Algunas personas son más eficientes por la mañana, otras por la noche. Descubre cuándo tienes picos de energía y creatividad.
Generalmente, estos periodos no duran mucho; suelen ser de dos horas máximo. Así que identifica esos momentos de alta energía y utilízalos sabiamente.
Mucha gente tiene listas interminables de tareas pendientes pero sin prioridades definidas. Decide lo esencial: qué tres cosas debes hacer hoy sí o sí? Si logras estas tres tareas clave, considera tu día exitoso.
Finalmente, combina estos dos puntos: durante tus horas pico de rendimiento realiza solo las tareas prioritarias. Evita perder este valioso tiempo en distracciones como redes sociales.
El correo electrónico puede robarle tiempo valioso a tu día. Personalmente, respondo los emails cuando mi energía es baja. Cuando estoy enérgico, me enfoco en tareas importantes como escribir un libro. Así que organiza tus prioridades para maximizar tu productividad.
Recuerda: al cambiar nuestra mentalidad y permitirnos transformar, podemos usar todos nuestros talentos dados. Ha sido un placer estar aquí con ustedes nuevamente y esperamos verlos la próxima semana.
El correo electrónico puede distraernos de lo mejor del día. Personalmente, contesto los emails cuando mi energía disminuye. Mientras tanto, me enfoco en tareas prioritarias como escribir un libro. Así que organiza tus prioridades según tu nivel de productividad.
Estas son dos estrategias para mantener la motivación. Recuerda: al cambiar nuestra perspectiva y permitirnos transformar, podemos usar todos nuestros talentos dados por Dios.
Mantén una actitud positiva: Recuerda siempre mantener un enfoque optimista, incluso cuando enfrentes desafíos o dificultades.
Comienza con pequeños pasos: Si tienes un proyecto grande o complicado, comienza por partes pequeñas para evitar sentirte abrumado.
Crea un espacio de trabajo libre de distracciones: Elimina todas las posibles interrupciones como notificaciones del teléfono para poder concentrarte mejor en tus tareas.
Usa frases inspiradoras para mantenerte motivado: Tener versículos bíblicos u otras citas a la mano puede ayudarte a mantener el ánimo durante tiempos difíciles.
Limita el uso del móvil durante horas laborales: Las constantes notificaciones pueden ser una fuente continua de distracción y afectar tu productividad negativamente.
Identifica los momentos del día donde eres más productivo y utiliza ese tiempo sabiamente: Realiza las tareas prioritarias durante estos picos de energía y creatividad.
Define tus prioridades diarias claramente: En lugar de tener una lista interminable de tareas pendientes, decide cuáles son las tres cosas que debes hacer sí o sí cada día.
Utiliza auriculares y música relajante para ignorar interrupciones potenciales cuando necesites trabajar intensivamente.
Busca reconocimiento externo para aumentar tu motivación: Si lograste algo bien y te felicitan por ello, usa esa emoción positiva como estímulo adicional.
Recuerda siempre los beneficios personales que obtienes al completar tus tareas no solo financieros sino también emocionales como la satisfacción personal.
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